martes, 9 de febrero de 2010

Fichas de Historia Quinto Humanística Prof. Alberto Fernández


LA REVOLUCIÓN RUSA DE 1917


LA SITUACIÓN DE RUSIA ANTES DE LA REVOLUCIÓN
La economía.
a) La agricultura.
A lo largo del siglo XIX el campo ruso estuvo al margen de las transformaciones agrícolas que se desarrollaron en otros estados europeos. La nobleza concentraba en sus manos la mayor parte de la tierra y los campesinos vivían en un régimen de servidumbre feudal.
Las duras condiciones de vida de los campesinos provocaron revueltas que forzaron al zar Alejandro II, en 1861, a abolir la servidumbre y establecer la libertad personal de los campesinos que dejaron de estar obligados a trabajar la tierra de los nobles.
Pero esta supuesta liberación del campesinado no pudo eliminar las grandes desigualdades sociales en el campo ruso, que por otra parte resulta totalmente inadecuado en sus estructuras para el desarrollo de un capitalismo moderno. Los campesinos , agobiados por impuestos y sumidos en un gran atraso técnico y cultural, ansiaban el reparto de la tierra de las grandes propiedades de los nobles, de la Iglesia o de los propios zares.
El campo ruso en conjunto no era capaz de alimentar a una masa creciente de campesinos, por lo que se puede afirmar que había superpoblación rural (en la Rusia europea se pasó de 50 millones de habitantes en 1860 a 82 millones en 1879, sin aumentar la productividad agrícola ni las posibilidades de otro empleo alternativo).
Mientras la productividad agrícola había aumentado considerablemente en Europa occidental, en Rusia había disminuido de manera alarmante (en 1770 el rendimiento era de 5 a 1; en 1860, en muchas zonas sólo era de 2,5 a 1).

b) La industria.
El capitalismo se introdujo en Rusia de manera un tanto forzada, impulsado por las inversiones extranjeras y la acción del Estado. La industrialización se concentró en unas pocas ciudades del inmenso territorio.
En un país donde predominaba un mundo rural atrasado, las condiciones para el desarrollo de la industria ligera eran desfavorables, en tanto que se carecía de demanda efectiva y que no se generaban capitales propios para la inversión. Sólo se instalaron algunas industrias textiles creadas por los comerciantes moscovitas para satisfacer necesidades de la demanda urbana. La mayoría de la población rusa no tenía poder adquisitivo suficiente por lo tanto la producción tenía un mercado interno limitado.
El principal estímulo para la industria pesada fue la construcción del ferrocarril. En un principio se importaba todo el material hasta que la producción de las nuevas industrias de los Urales pudo hacer frente a la demanda. Los capitales se obtuvieron en el extranjero, ya que no había capitales propios suficientes, ni privados ni del estado. A partir de la firma del tratado franco-ruso comenzó la llegada de capitales franceses, lo que permitió acelerar la industrialización.
Pero las zonas industriales eran relativamente pequeñas en la inmensidad de un imperio cuyas estructuras económicas de predominio agrario quedaban inalteradas. Además la industria rusa era muy sensible a las crisis de superproducción ( al no haber una demanda estable) como la que se inició en 1900, que se vio complicada por la guerra con Japón.

c) El sector financiero.
La Banca privada surgió también a finales del siglo XIX apoyada por capital extranjero. Ya a principios del siglo XX, además de las inversiones francesas, comenzaron a acudir capitales ingleses, belgas e incluso alemanes (estos últimos muy concentrados en la industria eléctrica) hasta el punto que en 1914, aproximadamente un tercio del capital invertido en Rusia era extranjero.
En definitiva, en Rusia se habían hecho pocas concesiones a los principios liberales que se habían generalizado en mayor o menor medida en el conjunto de países europeos.

La sociedad.
El decreto de emancipación de los siervos en 1861 no satisfizo en absoluto las aspiraciones de los campesinos que cultivaban tierras pertenecientes a los nobles: debían pagar su propia liberación, impuesto personal, y , además, carecían de tierras suficientes para cultivar.
En la incipiente industria nació un nuevo proletariado, concentrado en algunas ciudades, su número era escaso y su influencia sobre el campesinado mínima.
La incipiente burguesía, también escasa en número, no estaba satisfecha con la estructura del Estado zarista, pese a las tímidas reformas liberalizadoras de la administración, debido a falta de participación y al gran coste e ineficacia de la burocracia y el ejército.

La organización del Estado.

En el imperio ruso la autocracia zarista mantenía con despotismo y arbitrariedad formas de vida y relaciones sociales de carácter semifeudal.
La administración del Estado sufría una corrupción creciente en todos sus niveles. El zar Nicolás II, cúspide del poder autocrático, estaba retirado de los asuntos del gobierno. El desinterés y la apatía conducían a la corrupción administrativa, hasta tal punto que no se cumplían los decretos del zar.
La administración era ineficaz; el gobierno no disponía de dinero ni siquiera para pagar puntualmente a los funcionarios.
A pesar de su tamaño Rusia había mostrado debilidad en las guerras. En la guerra de Crimea (1855-1856), Rusia se había enfrentado a varias potencias europeas y había sido derrotada. La guerra tenía características nuevas tales como el empleo masivo de moderno material de guerra lo que puso al descubierto la debilidad en que se encontraba Rusia. La derrota en Occidente volcó a Rusia hacia el Oriente. Pero en 1905 se enfrentó con Japón y también fue derrotada.

LOS ORÍGENES IDEOLÓGICOS DE LA REVOLUCIÓN
La falta absoluta de libertades políticas no permitía la existencia de organizaciones sindicales estables, como las existentes en Europa Occidental.
Desde mediados del siglo XIX la oposición al régimen zarista se fundamentaba en revueltas campesinas de tendencia anarquista. Kropotkin y Tolstoi contribuyeron a fortalecer el anarquismo ruso como teóricos del anarquismo pacífico.
Los socialdemócratas (marxistas) iniciaron su movilización en la organización de las masas obreras.
Casi desde su nacimiento, el Partido Social-demócrata ruso se dividió en dos tendencias: mencheviques y bolcheviques, al principio como dos fracciones del partido; más tarde como dos partidos totalmente diferenciados.
Los mencheviques (minoría, en ruso) eran partidarios de la ortodoxia, la cual indicaba que para que se cumpliera lo previsto por Carlos Marx primero debían hacer su revolución los burgueses contra la nobleza. Con la burguesía gobernando se desarrollaría la industria y con esta la clase obrera. Después los obreros proletarios harían su revolución contra la burguesía.
Los bolcheviques, con Lenin a su cabeza, eran partidarios de un nuevo enfoque de la teoría marxista por el cual el capitalismo se dirigía en su etapa avanzada hacia el imperialismo, fenómeno que no pudo observar Marx, lo que enfrentaba a los pueblos de los países más atrasados, y no sólo a los obreros, contra sus explotadores. Para Lenin era posible hacer una revolución socialista en un país atrasado como Rusia, sin necesidad de esperar un mayor desarrollo del capitalismo como querían los mencheviques.
De esta manera se pretendía, desde la postura bolchevique, convertir la revolución liberal (burguesa) en revolución socialista , basándose en la alianza de los obreros con el campesinado, y no limitándose a seguir en ella las iniciativas de la burguesía, sino encabezando ellos mismos la lucha por la democracia, no aceptando un gobierno burgués y estableciendo una dictadura revolucionaria del proletariado.
Para ello se procedió a la organización del partido como una sociedad secreta, restringiendo la militancia a los que acataran el programa del partido. Lenin pensaba en militantes políticos que estuviesen dispuestos a aceptar órdenes y a estar sujetos a una férrea disciplina. Un partido revolucionario bien organizado sería capaz de ir teniendo influencia en las masas obreras y campesinas, instruyéndolas políticamente. De esta manera el partido se preparaba para la lucha por el poder, que en las condiciones rusas pasaría necesariamente por la insurrección armada.

LOS ANTECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN: LA REVOLUCIÓN DE 1905
Las derrotas sufridas por los ejércitos rusos y, sobre todo, la victoria japonesa sobre la armada rusa (1905), pusieron al descubierto la profunda debilidad del régimen.
El domingo 9 de enero de 1905, una manifestación convocada con carácter pacífico se dirige al palacio de invierno para presentar al Zar un manifiesto sobre la penosa situación de gran parte de la población. Sobre los manifestantes se abrió fuego causando alrededor de un millar de víctimas.
Antes estos hechos , se producen grandes movimientos de masas en toda Rusia a lo largo del año 1905. A comienzos del verano se subleva la marinería del acorazado Potemkin en Odesa.
Finalmente el zar Nicolás decide firmar el manifiesto de octubre, en el que se compromete a ampliar la ley electoral y a conceder a la Duma (Parlamento) poderes legislativos. Los resultados electorales de la primera Duma dieron la mayoría aplastante al partido Kadet, pero las atribuciones de la Duma, ya escasas, compartía el poder legislativo con el Consejo de Estado, cuyos miembros eran elegidos por el Zar, quien tenía derecho de veto, fueron recortadas paulatinamente, por lo que esta época ha sido llamada la del pseudo constitucionalismo.
En el partido social-demócrata , la nueva situación contribuyó a aumentar las diferencias ideológicas entre los mencheviques que propugnaban el apoyo a los kadets (liberales), motores naturales de la revolución burguesa, y los bolcheviques, que eran partidarios de desempeñar un papel independiente en la revolución.
En estas condiciones la entrada de Rusia en la Guerra Mundial, formando parte de la triple entente, aliada a Francia e Inglaterra, fue un factor de desorganización social , económica y política.
Todos los condicionantes se agravaron durante la primera guerra mundial, pues Rusia, incapaz de producir armamento moderno, verá como sus tropas son derrotadas por los alemanes.
Ahora bien, mucho más grave , si cabe, era la situación de la retaguardia donde , debido a la subprodución y al desbarajuste de la red de transportes, el coste de la vida aumentaba de forma galopante. Los factores positivos de la economía rusa se vieron anulados, Rusia necesitaba la paz para prosperar, pero el Zar optó por la guerra.

LA REVOLUCIÓN DE FEBRERO: LA CAÍDA DEL ZAR
El descontento popular ante la guerra y sus consecuencias también se manifestaba entre los soldados movilizados contra sus oficiales autoritarios.
La desorganización social y administrativa, las acusaciones mutuas entre militares y políticos echándose las culpas de la situación, la corrupción de la corte de Nicolás II: todo contribuía a dar la sensación de caos.
La burguesía liberal se expresaba a través del bloque progresista de los diputados de la Duma. Todos sus intentos de democratizar el régimen tropezaban con la cerrazón de la Corte: la conspiración se puso en marcha para sustituir a Nicolás II por un gobierno liberal parlamentario; en ella estaban comprometidos varios jefes militares importantes.
La imposición de cartillas de racionamiento en la capital motivó una serie de incidentes y manifestaciones, y una huelga general en la ciudad. Los soldados se amotinaron contra sus oficiales.
Soldados y obreros se hicieron dueños de la ciudad, se apoderaron de las armas y ocuparon el palacio de invierno: era la revolución. El Zar Nicolás, obligado por las circunstancias, renunció.
El movimiento revolucionario, triunfante pero desorganizado, sorprendido de su propia victoria, no tenía una dirección precisa. Los partidos políticos habían sido tomados de improviso. Los obreros y soldados, primero en Petrogrado y después en Moscú y el resto de las ciudades importantes, constituyeron los soviets tratando de ser ellos el nuevo gobierno.
Pero los diputados liberales de la Duma quisieron encauzar el movimiento por la vía parlamentaria. No lo consiguieron del todo. Tras muchas vacilaciones constituyeron un gobierno provisional, dirigido por Lwow, formado por monárquicos liberales y constitucionalistas, y por los socialistas moderados dirigidos por Kerenski.
Así, como resultado de la revolución de febrero, se instituyeron dos poderes paralelos, o un doble poder; por un lado, el gobierno provisional, representante de las fuerzas políticas liberal-burguesas, trataba de establecer una democracia parlamentaria, manteniendo el orden social capitalista. Por otro lado, los soviets de diputados obreros y soldados, cuya cabeza dirigente era el Soviet de Petrogrado. Pero dentro de los soviets había diferencias: por un lado los mencheviques y otros grupos socialistas moderados, que eran partidarios de limitar su labor y asegurar y garantizar el establecimiento de una República parlamentaria democrática y por otro lado los bolcheviques, anarquistas y maximalistas, todos ellos contrarios a apoyar al gobierno provisional y partidarios de una revolución social.
El gobierno provisional se vio desbordado por los acontecimientos: en Polonia, Finlandia, Ucrania, e incluso en el Cáucaso, se reclamaba la independencia; se habían formado soviets en muchas regiones de Rusia que pedían cambios radicales; la agitación en las ciudadades industriales iba en aumento y el ejército se descomponía por las deserciones en masa.
El gobierno provisional se encontraba jaqueado tanto por los bolcheviques, dispuestos a tomar el poder, como por los contrarrevolucionarios que querían volver a la monarquía zarista.
En julio, un intento revolucionario bolchevique en Petrogrado fracasó, ya que el Soviet tenía mayoría menchevique. Lwow renunció y Kerenski pasó a ser primer ministro. Lenin, el lider bolchevique que en abril había regresado a Rusia de su exilio en Suiza, tuvo que huir a Finlandia. Pero no perdió contacto con los otros dirigentes bolcheviques que se mantenían dentro de Rusia organizando una nueva revuelta.
En agosto de 1917 un intento de golpe de estado militar pro-zarista fracasó por la resistencia de los soviets.
Mientras el prestigio del gobierno de Kerenski disminuía (incapaz de lograr la paz y establecer una reforma agraria) los bolcheviques conseguían la mayoría en el Soviet de Petrogrado, Moscú y otras grandes ciudades. Simultáneamente el movimiento de deserciones alcanzó a las tropas del frente.
Kerenski y los conciliadores mencheviques estaban entre dos fuegos. Los generales y la oposición de derechas les acusaba de débiles, de hacer el juego a los revolucionarios; los bolcheviques les denunciaban como instrumentos dóciles de la reacción zarista.
A principios de octubre la sociedad rusa estaba dividida radicalmente en dos bandos, cada uno de los cuales tenía que destruir al otro para imponerse.

LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE
En la madrugada del 25 de octubre las tropas bolcheviques, dirigidas por Trotski, tomaron los puntos estratégicos de la ciudad de Petrogrado y detuvieron a los miembros del gobierno provisional, excepto Kerenski que pudo escapar. La presión de los "guardias rojos" hacía imposible cualquier deliberación por lo que muchos de los partidos abandonaron el Congreso.
El 26 de octubre fueron aprobados por unanimidad en el congreso dominado por los bolcheviques tres decretos : en el primero se ofrecía a los pueblos y gobiernos en guerra la paz inmediata sin anexiones ni reparaciones y decretaba el cese de las hostilidades. Por un segundo decreto se expropiaban sin indemnización unos 150 millones de hectáreas de tierras que se entregarían a los campesinos, y por el tercer decreto se creaba el Consejo de Comisarios del Pueblo (un Consejo de Ministros) que asumía todo el poder ejecutivo hasta la convocatoria de la Asamblea Constituyente. Se designó a Lenin como presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo.
¿Por qué fue tan fácil el triunfo de la revolución de octubre?
1) El gobierno provisional se desprestigió al adoptar la impopular decisión de seguir la guerra contra Alemania y Austria-Hungría. El intento de lanzar una ofensiva en junio terminó en fracaso por lo que la moral y la disciplina del ejército se desmoronaron por completo y los desertores apoyaron a los soviets que reclamaban el fin de la guerra. Además de los soldados también los campesinos estaban descontentos con el gobierno provisorio porque había demorado cumplir la promesa del reparto de tierras.
2) La estrategia desarrollada por Lenin fue exitosa. En medio del caos general Lenin y los bolcheviques expusieron una propuesta realista y atractiva. Pedían el "poder absoluto para los soviets", prometiendo sacar a Rusia de la guerra y repartir tierras a los campesinos. Aunque seguían siendo una minoría en el conjunto de Rusia, los bolcheviques tenían el control de los soviets de Petrogrado y Moscú, las dos ciudades más importantes y donde se decidía la vida política rusa. Los bolcheviques tenían claro lo que querían y estaban disciplinados y organizados, en tanto que los demás grupos políticos que tenían más adherentes, estaban desorganizados.

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